Tan efímero. Tan frágil. Tan rápido. Empezamos a ser conscientes de lo importante que es el tiempo cuando ya es “demasiado tarde”. Entrecomillado porque -casi siempre- nunca es demasiado tarde para nada.
¡Sigue leyendo!
Tan efímero. Tan frágil. Tan rápido. Empezamos a ser conscientes de lo importante que es el tiempo cuando ya es “demasiado tarde”. Entrecomillado porque -casi siempre- nunca es demasiado tarde para nada.
¡Sigue leyendo!